Soluciones tecnológicas que ralentizan los efectos del cambio climático
En la mente de todos está la pregunta: ¿Existe o podemos diseñar una solución tecnológica para paliar o aminorar los efectos del cambio climático?
La mayoría de nosotros vivimos en una dicotomía moral. Por un lado, nos escandalizamos de las propuestas políticas contra el medio ambiente que toman nuestros electos, pero no queremos renunciar a nuestro etilo de vida basado en la producción de energía por medio de combustión fósil. Esto hace que tener la solución para resolver el cambio climático de la mano de los avances tecnológicos sea una idea más que tentadora.
Desgraciadamente, casi todos los expertos coinciden en lo mismo, La mejor forma de proteger el medio ambiente y no seguir sobrecalentando “nuestra casa” es dejar los combustibles fósiles donde están…enterrados en el suelo.
Los datos nos muestran que, desde el comienzo de la industrialización, las temperaturas medias han aumentado 1
grado de media y la previsión es que aumente otros 3 a finales de siglo si no se hacen recortes drásticos en las emisiones de CO2. Alguien podría pensar sin equivocarse…” El carbón como fuente de energía ha descendido notablemente”, la parte negativa es que cumplir los objetivos climáticos de emisiones se hace imposible debido al auge del petróleo y el gas natural.
¿Cómo puede la tecnología impulsar y ayudar a los gobiernos para cumplir los objetivos?
Paneles solares y aerogeneradores.
No nos engañemos, esto no es nuevo, aunque eso no significa que lo que ha existido durante décadas pueda ser la mayor innovación tecnológica para liderar el combate contra el cambio climático.
Los paneles solares y las turbinas eólicas convierten el sol y el viento en electricidad sin liberar gases de efecto invernadero. A medida que las tecnologías se han ampliado y convertido la energía de manera más eficiente, han bajado de precio para ser más baratas que los combustibles fósiles a nivel mundial.
Pero generar energía limpia es una cosa, almacenarla y distribuirla es otra. Esto es particularmente importante para las energías renovables que no pueden generar electricidad sin que el sol brille o el viento sople.
Se está logrando mejorar el rendimiento de las energías renovables, así como, las baterías que contienen y almacenan la electricidad producida y por supuesto, la información que se procesa en el sistema también se administra de manera mucho más eficiente que antes. Estos 3 factores, inducen a pensar que la innovación tecnológica está superando las adversidades.
Baterías para vehículos eléctricos
Desde que entraron en nuestras vidas en 1991, las baterías de litio han revolucionando nuestras vidas y casi 30 años después siguen evolucionando. Ahora son más ligeras, más pequeñas, más baratas, su carga es 10 veces más rápida y su vida útil ha aumentado considerablemente. Cada vez, su papel es más importante en el sector del transporte, ya que hace
que los vehículos eléctricos sean más económicos.
Si bien la flota mundial de vehículos eléctricos ha crecido rápidamente, superando los 5 millones de automóviles en 2018, los datos de la Agencia Internacional de Energía muestran que este progreso se ha visto eclipsado por un aumento en los SUV más grandes y menos eficientes que funcionan con combustibles fósiles. Cuatro de cada 10 autos nuevos vendidos en todo el mundo en 2018 fueron SUV.
El poder del hidrógeno
Otra forma de almacenar energía renovable es usar electrolizadores para extraer hidrógeno del agua. El proceso, también conocido como power-to-X, es una forma de almacenar energía en diferentes formas. Los ingenieros ejecutan una corriente eléctrica a través del agua y recogen las moléculas de hidrógeno que se desprenden. Estos pueden quemarse para obtener calor, almacenarse en celdas de combustible o convertirse en químicos como el metano para procesos que requieren combustibles fósiles.
Este avance tecnológico es una forma excelente de ir dejando de lado el carbón en una industria de alto poder contaminante como la pesada. La cantidad de energía calórica para procesar materiales industriales (hormigón, acero, hierro, petroquímicos, etc) es responsable directo de la emisión del 10% del total de las emisiones globales de CO2. Estas emisiones las lidera la producción de hormigón con casi el 8% de las emisiones globales, 3 veces más que la industria de la aviación.
Los últimos estudios arrojan resultados suficientes para llegar a la conclusión que quemar hidrógeno de fuentes de energía renovables puede satisfacer la demanda de calefacción industrial, de una forma limpia.
Captura y almacenamiento de CO2
Incluso siendo optimistas, los expertos nos avisan que, es imposible cumplir con los objetivos de limitar el calentamiento global a 1,5 grados sin eliminar parte del CO2 que ya hemos emitido a la atmósfera.
Las plantas y los árboles extraen CO2 de la atmósfera y lo convierten en oxígeno a través de la fotosíntesis. Por desgracia ocupan grandes extensiones de terreno que son necesarias para otros objetivos vitales como el cultivo, y también albergan peligros, ya que no son una forma segura de almacenaje de carbono al poder talar los troncos para leña o quemarse accidentalmente en incendios forestales.
Bajo este contexto, algunas empresas están experimentando capturar el CO2 que emiten las plantas de energía
convencionales y su posterior almacenamiento bajo tierra.
Esto lo desarrollan a través de plantas de energía de Biomasa, donde se quema materia vegetal “joven” y no fósiles antiguos. Así se produce energía y al mismo tiempo se reducen las emisiones de CO2 a la atmósfera.
Por desgracia son solo 19, las plantas de energía que ejecutan estos sistemas y su despliegue y no están teniendo la rapidez suficiente como para llegar a los objetivos de reducción de emisiones.
Pedro Vela
Ingeniero de telecomunicaciones
CEO del Grupo Bomontec